«Con un timbre ancho y bello, de solvente proyección y gran naturalidad. La tímbrica es grata y el agudo, sin ser descollante, parece seguro. Dicho esto, lo más interesante de todo fueron sus modos, sus maneras de cantante ya hecha, madura, a pesar de su insolente juventud. (…) Qué bonito lo hizo Artaza, recogiendo el instrumento, remarcando el texto… Tenemos una extraordinaria cantera de cantantes, de la que Artaza se confirma como un puntal a seguir de cerca.»